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Todos somos iguales, pero no somos lo mismo

Ya trabajando en publicidad más de 10 años me han llegado briefs que en la sección del target viene la clásica descripción, NSE ABC+ hombres y mujeres en México y a veces si tenemos suerte, alguna pista de sus hábitos de consumo. Esto no es más que la punta del Iceberg, si nos quedamos solamente con esa info al seguir avanzando con el proyecto nos vamos a dar cuenta que no conocemos a nuestras audiencias. A continuación algunos ejemplos sobre lo importante que es investigar a quién le estamos vendiendo nuestro producto o servicio.

Todos somos iguales:

Todos tenemos acceso a las redes sociales publicas y derecho a crear o consumir el contenido que queramos.

Pero no somos lo mismo:

En las redes sociales hemos creado un «yo digital» que es único e irrepetible.

Todos somos iguales:

Todos tenemos los mismos derechos digitales:  libertad de expresión, privacidad, datos personales, derechos de autor y acceso al conocimiento.

Pero no somos lo mismo:

Los expresamos y usamos de distintas formas. Y aunque nos organizamos para evidenciar la falta de estos, cada uno de nosotros tiene una historia detrás que es única.

Todos somos iguales:

Todos en algún momento nos hemos dado ese gustito o esa compra de impulso. Cuando se trata de consumir, está clarísimo que nos mueve el estomago o el corazón más que el cerebro.

Pero no somos lo mismo:

Aquí es donde nos tenemos que dar cuenta que para generar esa compra de impulso, mientras más personalizada y segmentada sea la experiencia de nuestra marca, más posibilidades tenemos que nuestro cliente potencial se enamora y cree una relación con nuestro producto o servicio.

Al conocer mejor a nuestro cliente, tenemos más posibilidades de crear este deseado lazo emocional y crecer una relación a largo plazo. Porqué la verdad está allá afuera, no dentro de nuestras marcas. Escuchemos a nuestras audiencias y dejemos que ellos decidan que tipo de contenido quieren de nosotros.